Testimonio de un misionero de la OI
El Señor nos lleva donde su palabra necesita ser compartida. Este camino nos llevó a un hermoso y pintoresco lugar de nuestra costa santafesina, Alto Verde querido, como cantara Horacio Guaraní.
En la escuela Jesús Resucitado, junto con el padre Héctor Bossie SJ y un equipo docente decidido, comenzamos a caminar la oración ignaciana. El amor ganó el espacio, la consolación fue un bálsamo y la paz habitó en los corazones.
Comenzamos a ser como niños en las manos del Señor. Hoy la semilla fue sembrada, en tus manos la dejamos Señor. AMDG.
Alejandro Villar- Misionero de la OI