domingo, 21 de julio de 2019

La oración ignaciana en el colegio Nuestra Señora de Itatí (San Miguel)


 ¡ La alegría del evangelio llena el corazón !
Alguna de las características de la espiritualidad ignaciana son la imaginación y la contemplación como herramientas para conocer y acercarnos a Jesús, para más amarlo y seguirlo. Con la oración ignaciana se busca que el alumno pueda conocer a Dios, sentirlo cerca y en su corazón, crear un vínculo cercano con Dios, y sentir que Dios está en mí y en el otro,mi prójimo.
Pudimos implementarla desde 1ero a 6to grado de manera sistemática, una vez por mes. Para monitorear la misma, desde Dirección se realizó un cronograma de fechas y horarios de toda la escuela. Esto nos permitió visualizar sobre la marcha cómo íbamos y lo que hacía falta.

Algunas de las personas encargadas de la oración hubo que animarlos y empujarlos para que no se quedaran en el camino, no por falta de voluntad, sino que requieren de mayor acompañamiento. Pero en su gran mayoría se notó gran compromiso y responsabilidad en la tarea. Con el fin de nutrir abundantemente con cada una de las experiencias de los participantes de la oración ignaciana pedimos sus testimonios, destacando los siguientes:
·         Ayudó para profundizar su cercanía con Jesús en lo personal a través de los chicos
·         Es una actividad pastoral de tanta riqueza que considero fundamental para el desarrollo del diálogo personal con Jesús
·         mi objetivo era propiciar un ambiente de reflexión en cada encuentro y se logró, los nenes me sorprenden con sus interpretaciones, su imaginación y reflexiones.
·         Por momentos me generó inseguridad y miedo al no poder responder cuestionamientos de los chicos
·         Debo seguir formándome
·         Fueron emocionantes ver su concentración y compromiso en la oración
·         La oración en la escuela es muy organizada y respetada por todos, el cronograma estaba visible, al alcance de todos
·         Participan de forma gozosa y espontánea. Sólo una minoría se mostraba disperso y sin ganas de participar, con ellos se hizo un trabajo personalizado junto con la docente del grado
·         En los grupos mayores les ayudó a conocer a Dios y encontrarlo dentro de ellos, a conocer lo que sienten e imaginan sus compañeros y a generar más actitudes solidarias
·         La oración ignaciana contribuyó a que se considere el espacio catequístico como un ámbito de contención donde podían expresar con sinceridad sus sentimientos sin temor a ser juzgados.
·         En tercer grado noté que las reflexiones eran profundas y todos se expresaban con respeto y escucha atenta al otro
·         En primero falta seguir construyendo y madurando el gusto en la oración , recogimiento, escucha. Propondría en base a mi experiencia que para primero sean solo dos momentos para imaginar y no tres.
·         Varios coincidieron que la parte de la oración ignaciana que más les gusta a los chicos es el coloquio en la tierra prometida
·         En este lugar se utilizaron varias dinámicas (se pasaron varias velitas, se abrazaban todos, se cantaba, porque es un grupo que disfruta mucho del canto, etc.)
·         Todos coincidieron en la evolución y progreso de las actitudes de los chicos desde la primera oración hasta la última. Estos cambios fueron muy significativos y enriquecedores
·         El grupo de 2do que me tocó organizar esperaba con mucha ansiedad cada oración. Se creó de este espacio un lugar para expresarse y comunicarse con Dios.
·         Los noté atentos, entusiasmados, con buena memoria para encadenar cada una de las meditaciones.
·         Realizaron buenas contemplaciones con gran imaginación, son muy participativos, aman conocer la vida de Jesús e imaginársela.
·         Lo hacían con seriedad luego de crear ciertos hábitos firmes de respeto hacia Dios y los demás compañeros
·         Les encanta todo lo que tenga que ver con signos y símbolos (velitas, tengo en mis brazos a Jesús recién nacido, le doy un abrazo a mi compañero en donde está Jesús, etc.)
·         Realmente este momento de oración les permite a los grupos hacer Ejercicio de conocimiento y acercamiento a Dios
·         Tienen impregnada la oración de San Ignacio: Señor, haz que te conozca internamente, para que conociéndote más, más te ame, y amándote más te siga. La recuerdan de memoria y la rezamos a diario en la oración de apertura de la jornada.