Alguna de las características de la espiritualidad ignaciana
son la imaginación y la contemplación como herramientas para conocer y acercarnos
a Jesús, para más amarlo y seguirlo. Con la oración ignaciana se busca que el
alumno pueda conocer a Dios, sentirlo cerca y en su corazón, crear un vínculo
cercano con Dios, y sentir que Dios está en mí y en el otro,mi prójimo.
Pudimos implementarla desde 1ero a 6to grado de manera
sistemática, una vez por mes. Para monitorear la misma, desde Dirección se realizó
un cronograma de fechas y horarios de toda la escuela. Esto nos permitió
visualizar sobre la marcha cómo íbamos y lo que hacía falta.
Algunas de las personas encargadas de la oración hubo que
animarlos y empujarlos para que no se quedaran en el camino, no por falta de
voluntad, sino que requieren de mayor acompañamiento. Pero en su gran mayoría se
notó gran compromiso y responsabilidad en la tarea. Con el fin de nutrir
abundantemente con cada una de las experiencias de los participantes de la
oración ignaciana pedimos sus testimonios, destacando los siguientes:
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Ayudó para profundizar su cercanía con Jesús en
lo personal a través de los chicos
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Es una actividad pastoral de tanta riqueza que
considero fundamental para el desarrollo del diálogo personal con Jesús
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mi objetivo era propiciar un ambiente de
reflexión en cada encuentro y se logró, los nenes me sorprenden con sus
interpretaciones, su imaginación y reflexiones.
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Por momentos me generó inseguridad y miedo al no
poder responder cuestionamientos de los chicos
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Debo seguir formándome
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Fueron emocionantes ver su concentración y
compromiso en la oración
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La oración en la escuela es muy organizada y
respetada por todos, el cronograma estaba visible, al alcance de todos
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Participan de forma gozosa y espontánea. Sólo
una minoría se mostraba disperso y sin ganas de participar, con ellos se hizo
un trabajo personalizado junto con la docente del grado
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En los grupos mayores les ayudó a conocer a Dios
y encontrarlo dentro de ellos, a conocer lo que sienten e imaginan sus
compañeros y a generar más actitudes solidarias
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La oración ignaciana contribuyó a que se
considere el espacio catequístico como un ámbito de contención donde podían
expresar con sinceridad sus sentimientos sin temor a ser juzgados.
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En tercer grado noté que las reflexiones eran
profundas y todos se expresaban con respeto y escucha atenta al otro
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En primero falta seguir construyendo y madurando
el gusto en la oración , recogimiento, escucha. Propondría en base a mi
experiencia que para primero sean solo dos momentos para imaginar y no tres.
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Varios coincidieron que la parte de la oración
ignaciana que más les gusta a los chicos es el coloquio en la tierra prometida
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En este lugar se utilizaron varias dinámicas (se
pasaron varias velitas, se abrazaban todos, se cantaba, porque es un grupo que
disfruta mucho del canto, etc.)
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Todos coincidieron en la evolución y progreso de
las actitudes de los chicos desde la primera oración hasta la última. Estos
cambios fueron muy significativos y enriquecedores
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El grupo de 2do que me tocó organizar esperaba
con mucha ansiedad cada oración. Se creó de este espacio un lugar para
expresarse y comunicarse con Dios.
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Los noté atentos, entusiasmados, con buena
memoria para encadenar cada una de las meditaciones.
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Realizaron buenas contemplaciones con gran
imaginación, son muy participativos, aman conocer la vida de Jesús e
imaginársela.
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Lo hacían con seriedad luego de crear ciertos
hábitos firmes de respeto hacia Dios y los demás compañeros
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Les encanta todo lo que tenga que ver con signos
y símbolos (velitas, tengo en mis brazos a Jesús recién nacido, le doy un
abrazo a mi compañero en donde está Jesús, etc.)
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Realmente este momento de oración les permite a
los grupos hacer Ejercicio de conocimiento y acercamiento a Dios
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Tienen impregnada la oración de San Ignacio:
Señor, haz que te conozca internamente, para que conociéndote más, más te ame,
y amándote más te siga. La recuerdan de memoria y la rezamos a diario en la
oración de apertura de la jornada.