sábado, 18 de septiembre de 2021

Contemplación ignaciana para niños de catequesis parroquial

 



Desde hace dos años comenzamos con la Contemplación Ignaciana para los niños en el ámbito de la catequesis parroquial de primera comunión en la Parroquia San Cayetano de Belgrano. Buscamos aquellos temas que queremos que les calen más hondo, basándonos en el Manual de Oración Ignaciana del Padre Leonardo Nardín sj, y adaptándolos a la edad de los chicos cuando el tema lo requería. La idea fue que por lo menos una vez por mes, pudieran ver un tema de catequesis a través de la contemplación.

Con los Encuentros presenciales, aunque se hacían en un aula, apartamos las mesas y poníamos las sillas en ronda. La catequista era la que guiaba la contemplación. Las experiencias fueron muy ricas y ellos se pudieron concentrar en imaginarse lo que contemplaban y compartir detalles que demostraban que realmente estaban dentro de la escena. Para el Coloquio, colocamos una alfombra a un costado del aula y encima de un pupitre una cruz, una vela y una imagen de la Virgen.  

Cuando comenzó la pandemia, no nos quisimos resignar a dejar de lado nuestras contemplaciones, y pese a ser más complicado porque hay casas en las que el chico no se puede aislar, muchos se logran concentrar y salen reflexiones muy ricas, se siente que el Espíritu Santo sopla y les abre el corazón. Un ejemplo que podemos dar es cuando hicimos la contemplación del Jueves Santo: unimos el Evangelio de Juan para recordar el lavatorio de pies y el de Marcos para la Institución de la Eucaristía e hicimos la contemplación unificada de ambos. Una de las niñas comentó que sintió que su corazón se hacía más grande cuando comió el pan que le compartió Jesús porque Él estaba adentro. Otro niño contó que cuando le lavó los pies sintió vergüenza, pero luego entendió por qué Jesús lo hacía. Otra dijo que se puso a llorar cuando se dio cuenta que Jesús se iba a morir y que corrió a abrazarlo. En el coloquio, que lo hicimos compartiendo en el zoom una imagen de Jesús Misericordioso, hubo muchos agradecimientos porque Jesús decidió quedarse con nosotros dentro de nuestro corazón.

Todo esto nos deja la experiencia que, aunque las circunstancias sean adversas como puede ser lograr que todos se concentren frente a una pantalla, el Espíritu sigue soplando y Jesús se hace presente en medio del grupo para que lo podamos seguir conociendo y amando cada vez más.

Cateq. Laura Chinaroff