La O.I para la Iglesia Universal : el
testimonio de Nathalie después de su voluntariado en Argentina
En Francia, son casi dos años que trato de
difundir la OI, convencida de la necesidad de un método como este, que se apoya
en la Palabra de Dios y permite fortalecer una relación de amor directa con
Jesús, como base de la fe (https://cequedieuditauxpetits.com).
La novedad para mí fue volver a Argentina, el país donde nació la OI, poder
vivirlo en castellano y más que todo en contextos a la vez muy diferentes y
similares. Durante tres meses, tuve así la gracia de poder compartir la OI en
diversos ámbitos de la región de San Miguel y en otras partes de la provincia
de BBAA y también pude colaborar a su difusión a través de varios talleres de
capacitación. También estuve en Mercedes con las hermanas pobres bonaerenses,
compartiendo experiencias de OI en su colegio. Todas las experiencias fueron
lindas, tanto con niños como con adolescentes y adultos, lo que confirma hasta
que punto este método sirve para poner a la gente en contacto directo con
Jesús, cual sea su edad… y cual sea su nacionalidad, su sexo y su condición
social. Porque en realidad, frente a Jesús, a su Palabra, el corazón de una
argentina, de un paraguayo o de una francesa, de un niño o de un adulto, de una
pobre o de un rico es igual. Cuando se produce el encuentro con Jesús, la vida
se transforma, la sonrisa, la paz, la luz iluminan la persona entera que se va
consolada y feliz. Lo pude comprobar tantas veces… también me di cuenta hasta
que punto la gente necesita estar en silencio, paz, encontrarse con Jesús y
también hablar, intercambiar, ser escuchada, consolada. En lo personal, esta
experiencia me confirmó mi « misión » de dedicarme, como otros, a la
difusión de este método en… el mundo entero ! Sí, sí, el mundo entero, los
seres humanos somos todos iguales con las mismas necesidades y no es por
casualidad si el Señor hizo brotar, en estos tiempos tan particulares, este
método en su Iglesia universal. Creo que la OI es como un pequeño arroyo que en
silencio, humildemente, pero con firmeza, fluye y va poco a poco regando unas
tierras (unos corazones) resecas y sedientas de Dios. ¡Así que ánimo y fuerza
para participar en esta difusión, en el Espíritu de amor !