Fue muy enriquecedor compartir vivencias con algunos padres, con las hermanas catequistas del colegio San Javier y con otros catequistas de las parroquias tanto de la ciudad como rurales. El Amor del Señor también se manifestó en la alegría de los sacerdotes de la Compañía de Jesús, de los voluntarios y de los jóvenes, a quienes agradezco tan cálida hospitalidad. Nuevamente me reconfortó la participación de nuestros guías de secundaria que demostraron, una vez más, ser avezados misioneros de la Oración Ignaciana.
¡Muchas gracias Señor por tu generosidad, por tanto Amor recibido!
Josefina Gutierrez